La conmemoración de los 50 años del nivel primario de nuestro querido colegio se constituye en el momento oportuno para dejar testimonio de cuanto han realizado tantos hombres y mujeres que dejaron aquí su impronta y su huella.. Algunos de ellos se encuentran presentes en este lugar y han vivido el sueño de fundar y desarrollar nuestra institución educativa. Nuestro respeto y reconocimiento a todos aquellos religiosos, directivos, docentes, padres y alumnos – hoy ex alumnos – que han sido y son parte de las páginas del Colegio Primario y de la Institución a lo largo de estos años.
En esta celebración, sin duda, todos hacemos una mirada retrospectiva. Por eso, es una ocasión propicia para observar con sabiduría su historia y reconocer en nuestro colegio lo que es perdurable y debe conservarse con esmero. Pero al mismo tiempo, es la oportunidad de ver más allá y proyectar su perspectiva hacia el devenir.
En la hora de la fundación del primer año del nivel primario, allá por 1969, y como en toda hora fundacional, podemos reconocer el ardor y el entusiasmo, con que se gestan los sueños y las aventuras. La institución alcanza solidez con el correr de los años y con el compromiso constante de la comunidad que la vio nacer y crecer. Y es aquí donde esta comunidad hace suyas, de modo cabal y explícito, las características esenciales de su ser: Educar para la formación en la fe,proporcionar una educación integral de calidad, educar en el espíritu de familia, educar para el servicio, La Paz, la justicia y la integridad de la creación y educar para la adaptación y el cambio.
Desde mi misión como rectora quiero invitarlos a reconocernos en este pasado: sólo así podremos proyectarnos hacia el futuro. Nosotros ya formamos parte de ese futuro.
El siglo XXI es el siglo del saber. El saber cambia el mundo, y nuestro mundo está cambiando a la velocidad de los nuevos descubrimientos.
Por eso como educadores, nos replanteemos objetivos, metas y pedagogías para poder formar alumnos en diferentes materias y disciplinas, sino también en competencias y capacidades acordes al nuevo paradigma educacional. De allí que sea necesario desarrollar el pensamiento crítico y estimular la actitud reflexiva desde el primer ingreso a la escuela y a lo largo de toda la vida educativa.
Como en otras oportunidades, el colegio todo y en particular el nivel primario, se encuentra en una coyuntura que habilita la posibilidad de crecimiento, de maduración y de proyecciones insospechadas. Sin embargo, este propósito será realizable en la medida en que cada miembro de la comunidad – directores, docentes, padres y alumnos- asuma el rol que se requiere.
Como colegio aceptamos los nuevos desafíos y tendencias, conscientes de que contamos con recursos insustituibles: un capital intelectusl y culturall valioso, una sólida administración y gestión, que no es poco decir en los tiempos que corren, recursos humanos orgullosos de pertenecer a una organización en búsqueda de alcanzar sus objetivos, una comunidad comprometida con el proyecto educativo/pastoral, soportes tecnológicos y una infraestructura y equipamiento que se renuevan año tras año.
Estos primeros 50 años del nivel primario, nos marcan como colegio. Invito a nuestra comunidad y a las autoridades de las instituciones presentes a comenzar a replantearnos y repensar algunas ideas para nuestros alumnos del siglo XXI, a saber:
La necesidad de formar en valores y no solo en conocimientos.
El compromiso de reactualizar la herencia de nuestra cultura y nuestras tradiciones.
La revalorización del papel de la familia, sobre todo en los primeros estadios de socialización.
La determinación de formar ciudadanos y no consumidores
La convicción de apostar por la formación del carácter ya que es imprescindible recuperar el valor de la voluntad, del esfuerzo y del sacrificio para alcanzar las metas propuestas.
Por último, pero no por ello menos importante, debemos recuperar la autoridad y el prestigio social del maestro, del educador. Esa autoridad que confiere no sólo el saber sino también el saber enseñar, el despertar vocaciones y provocar el cambio.
Por último,les y nos deseo profundamente:
- Que como comunidad, podamos contar unos con otros.
- Que llevemos el amor como bandera.
- Que nuestros miedos no nos paralicen ni entorpezcan nuestras decisiones
- Que seamos fuertes en nuestros momentos de cansancio . Y finalmente,
- Que podamos seguir por mucho tiempo más sembrando semillas de valores , participación y compromiso social que son finalmente la semillas que sustentan esta misión evangelizadora y educadora.
Muchas gracias.







